Hay pocas cosas que me disfruto en esta vida más que el ser padre de mis hijos. Es una experiencia llena de amor, pero también de una presión constante que a menudo pasamos por alto. Imagínense la presión añadida de criar mientras eres psiquiatra de niños y adolescentes. Como le digo a los padres de mis pacientes: “a pesar de que te ayudo con tus hijos, a veces bregando con los míos lo que deseo es irme a una isla desierta y que nadie me moleste por un rato”.  Desde mi perspectiva como psiquiatra especializado en niños y adolescentes, quiero invitarte a reflexionar sobre esta carga emocional que llevamos como padres y ofrecerte estrategias para afrontarla con mayor serenidad.

Un reciente informe del Cirujano General de los Estados Unidos destaca cómo los padres enfrentan niveles alarmantes de estrés. En 2023, el 33% de los padres reportó haber experimentado altos niveles de estrés en el último mes, comparado con solo el 20% de otros adultos. Aún más preocupante, el 41% dijo sentirse tan abrumado en la mayoría de los días que les resulta difícil funcionar. ¿Te suena familiar? Estos datos reflejan una realidad que vivimos muchos, pero rara vez discutimos.

La Crianza: Una Jornada de Cambios y Retos Constantes

Cada etapa del desarrollo de nuestros hijos trae nuevos desafíos. La niñez temprana (0-8 años) nos enfrenta a noches sin dormir y rabietas (berrinches). En la niñez media (6-12 años), las demandas escolares y el deseo de independencia se suman al paquete. Y en la adolescencia (10-19 años), las fiestas, las redes sociales, los cambios emocionales y las decisiones sobre el futuro nos ponen a prueba constantemente. Todo esto afecta no solo nuestra atención y memoria, sino también nuestro bienestar emocional.

El informe también revela que, incluso antes de la pandemia, muchos padres ya se sentían sobrecargados. Entre 2016 y 2019, el porcentaje de padres que reportó manejar bien las demandas de la crianza cayó del 67% al 62%. Esto demuestra que, aunque la pandemia intensificó los desafíos, los factores de estrés ya estaban presentes.

Fuentes de Estrés: Reconocerlas es el Primer Paso

Algunas de las fuentes más comunes de estrés incluyen:

• Finanzas: Cubrir las necesidades básicas, pagar por educación y cuidado médico genera una carga significativa.
• Tiempo: La falta de tiempo para uno mismo, sumada a las responsabilidades familiares y laborales, puede provocar agotamiento.
• Salud: Criar a un hijo con necesidades especiales o condiciones crónicas incrementa considerablemente el estrés.
• Tecnología y redes sociales: Aunque útiles, estas herramientas pueden aumentar la ansiedad en los padres.

Hacia una Crianza Consciente y Equilibrada

Hay que reconocer que la crianza puede ser abrumadora y esto no nos hace malos padres; nos hace humanos. Compartir nuestras experiencias con otros, buscar apoyo profesional si es necesario y priorizar el autocuidado son pasos esenciales. La crianza no es una tarea que debamos enfrentar en soledad. Conversar sobre nuestras emociones y dificultades abre las puertas al alivio y la comprensión.

Recuerda que no necesitas ser un padre o madre perfecto. Tus hijos no buscan perfección; buscan presencia y autenticidad. Enfócate en lo que realmente importa: estar presente para ellos y cuidar también de ti. Al final del día, un padre más sereno es un regalo inigualable para cualquier familia.