Como psiquiatra de niños, adolescentes y adultos estoy adiestrado a observar y hacer preguntas. ¿Dónde vive? ¿trabaja? ¿En cual pueblo vive? Pero, hay una pregunta que causa gran dificultad para contestar. ¿Qué sientes? Muchas veces hay un silencio marcado, observo a la persona buscando palabras para describir lo que siente, otras veces solo contestan, “no sé”.
Aprender a expresar nuestras emociones es algo muy valioso, lo cual debemos practicar desde niños. No tan solo a expresarlas, sino también a no invalidarlas ya que las emociones son parte natural y adaptativa de la experiencia humana, y es beneficioso que estemos en contacto con ellas.
Una emoción es un estado psicológico complejo que involucra sentimientos, pensamientos y comportamientos en respuesta a una situación o estímulo específico.
Las emociones comunes incluyen alegría, ira, tristeza, miedo, sorpresa, disgusto y amor. Las emociones también están estrechamente relacionadas con las respuestas físicas y fisiológicas, como los cambios en la frecuencia cardíaca, la respiración y las expresiones faciales.
Ayudar a los niños a expresar sus emociones puede tener un impacto positivo en su salud mental y bienestar. Aquí hay algunas estrategias que pueden ser efectivas:
- Fomente la comunicación abierta: Cree un ambiente seguro y de apoyo para que los niños expresen sus emociones y pensamientos. Escucha atentamente y valida sus sentimientos.
- Use el juego y la creatividad: El juego y las actividades creativas como dibujar, escribir o hacer juegos de roles pueden ayudar a los niños a expresar y procesar sus emociones.
- Modele la expresión saludable: Los niños aprenden con el ejemplo, así que modele la expresión saludable de las emociones hablando de sus propios sentimientos y manejándolos de una manera saludable.
- Provea un lenguaje apropiado para su edad: Enseñe a los niños las palabras para describir sus emociones y ayudarlos a comprender sus experiencias.
- Fomente la actividad física: La actividad física puede ayudar a los niños a regular sus emociones y liberar el estrés.
- Fomente relaciones positivas: Fomente relaciones positivas con compañeros y miembros de la familia, y brinde oportunidades para la interacción social y la conexión.
Debemos recordar que cada niño es único, y lo que funciona para uno puede que no funcione para otro. Lo más importante es acercarse a los niños con empatía y comprensión, y apoyarlos en la búsqueda de formas saludables de expresar sus emociones. En ocasiones las necesidades van más allá de este tipo de estrategia, en estas instancias debemos considerar buscar ayuda por un profesional de la salud mental.